Título
original: Luna de Avellaneda
Año
de estreno: 2004
Género: Drama
Dirección:
Juan José Campanella.
Guión:
Juan José Campanella, Fernando Castets y Pablo Doménech
Para no caer en
redundancia con otros análisis que se hayan podido realizar acerca de esta
película, quise ver más allá de lo que le incumbe al cine, mirar más allá de
ese montaje, guion o manejo narrativo,
es algo que me prepuse después de haber visto la película por segunda
vez, ya que de primer vistazo no me pareció que los elementos básicos del cine
fueran algo espectacular y que cobraran gran relevancia como para profundizar
en ellos.
Para ponerlos en contexto
de lo que quiero hablar. Todo empieza en ese club de barrio querido por sus
miembros y adoptado como ideología política de compromiso social con la
juventud, club que va cayendo en detrimento gracias a una deuda que ha ido
creciendo con los años y que amenaza con devorar el club todo por una multa de
cuarenta mil pesos argentinos y que busca
entregarlo a una multinacional que quiere convertirlo en un casino, esto
lleva a tomar decisiones importantes por los miembros del club ya que hay dos
posibilidades no rendirse y luchar por el club a cualquier precio o reencontrarse
con sus sueños.
Socio-política
Este es un tema
fuerte en Argentina, un país azotado por dictaduras y gobiernos no tan
eficientes; Aquel que conozca la obra de Campanella se dará cuenta que la
política y lo social son una constante
en sus películas, todas están cargadas de este contenido, cosa que este autor ya patento en el cine
suramericano utilizando la emotividad y la
comedia para comunicar su idea y su crítica irónica a los temas sociales, algo
de destacar es que no traspasa esa línea delgada de la tragedia, la dota con un
sentido cómico sin convertirla en una burla; yo comparo a Campanella como un
alquimista que mezcla lo socio-político, lo dramático y la comedia para que
todos esos detalles queden plasmados en
el 35 mm.
Más que un club una identidad:
El club, que es donde gira la trama de luna de avellaneda nos da una información global de cada uno de los personajes, donde el más relevante que encontramos es Roman Maldonado, interpretado por Ricardo Darin, de quien se puede decir es hijo del club ya que su nacimiento fue en una de las monumentales fiestas que se celebraban los días gloriosos de dicho club.
Roman es la cabeza y principal pilar para la lucha del club contra su casi que inevitable final, el, desde mi perspectiva, intenta imponer el orden para que cada engranaje del grupo funcione a la perfección, es una ideología de compromiso, que en mi búsqueda sobre una definición acertada, me encontré con esta que propone el filósofo francés Paul Ricoeur “la función de la ideología es la de servir como posta a la memoria colectiva con el fin de que el valor inaugural de los acontecimientos fundadores se convierta en objeto de la creencia de todo el grupo”. Este podría ser el estandarte de Roman, el cual siempre evoca la memoria colectiva de los otros miembros para comprometerlos en las actividades del club.
Y es que si miramos la definición de club, la podríamos encajar en el amplio conjunto de los grupos sociales, que son los que dan un perfil a las personas que los forman, los miembros se dotan de una sensación de pertenencia e identidad, lo que los hace defender y creer en los valores que inculca el club, esto es algo que no se si Campanella pensó adrede en ello pero que yo como espectador percibí y entendí de forma clara.
Felipe Jaramillo
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